viernes, 24 de junio de 2011

EL SUELO QUE NOS PADECE

La provincia de Córdoba es dueña de un suelo que funciona como el principal recurso natural explotable del país. La mano del hombre es determinante en la degradación del terreno que corre el riesgo de la inutilización definitiva.
Causas y repercusiones de un problema que nos concierne a todos.


El suelo es un recurso natural, el ser humano no puede generarlo, sólo lo hace la naturaleza.” Con estas palabras, el geólogo Daniel Acosta, refiere a que el hombre se dedica a explotarlo y a causa de esto, se conforman los cambios negativos que la superficie de Córdoba sufre. La explotación del terreno en sí no es un mal, sino lo que lo daña es el cómo se realiza.                                                                                                         
Según un informe del Ministerio de Agricultura y Ganadería, el suelo de Córdoba tiene algo más de 8 millones de hectáreas aptas para ser explotadas en agricultura. Esto hace que la actualidad de la superficie de la provincia sea una de los más rentables en el país. La explotación de soja, maíz, sorgo, girasol y maní, llevaron en los últimos años, a un frenesí agricultor histórico, obligando al Gobierno (con presiones de diferentes organismos ambientalistas y partidos políticos) a tomar medidas de control para evitar la destrucción del suelo y los recursos naturales del territorio cordobés. La Ley de Bosques de la provincia fue sancionada en agosto de 2010 y reglamentada en diciembre. Hasta el día de hoy es cuestionada por las organizaciones defensoras del medio ambiente que la acusan de favorecer al sector agropecuario, que a su vez, contraria esta acusación, alega que la ley no es beneficiosa para sus intereses. 
Este boom económico de los productores agrícolas impacta de manera negativa en el ciclo biológico del terreno provincial. En palabras del ministro de Ciencia y Tecnología de la Provincia, Tulio Del Bono, publicadas en septiembre de 2010 en La Voz del Interior, “tal vez por ser bendecidos por la abundancia, en Argentina no se ha tenido un uso razonable de la tierra y es por eso que ahora estamos sufriendo las consecuencias”.
Tales consecuencias son para la bióloga Cecilia Estrabou, una posible desertización de nuestro suelo, logrando que el África “sea un panorama cercano hoy en Córdoba”.           
 “Actualmente - dice Estrabou - la provincia se encuentra bajo un proceso de cultivos que requieren fumigaciones permanentes y que, además, se realizan de manera descontrolada. Esto lleva a contaminar las napas freáticas (capas de agua subterránea) con los productos de esas fumigaciones y a la propia superficie”. 
Uno de los procesos principales que produce la degradación del suelo y que acompaña a esta exacerbada utilización de productos es el monocultivo, es decir, la no rotación de los productos de siembra en la tierra que se explota. El uso prolongado y consecutivo de un mismo sembrado genera una imposibilidad de renovación de nutrientes que la tierra pierde. No sólo porque exprime cada partícula nutritiva del terreno, sino que impide a su vez, la regeneración de otros aportes naturales y esenciales. La soja, en este sentido, ha tenido una gran responsabilidad en el suelo cordobés. El ingeniero agrícola Eugenio Rafael Fernández Coscia, responsable de la Dirección de Conservación de Suelos de la Secretaría de Agricultura, (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentos), advierte que la rotación de cultivos ayuda mucho a la conservación de los nutrientes del suelo y su renovación constante. “Lo que se debe procurar – explica - es que haya una rotación, una secuencia más razonable entre cultivos, porque cada cultivo tiene su particularidad en cuanto a los nutrientes que extrae y lo que deja en la tierra, no es lo mismo el maíz, que la soja, que el trigo, que el girasol. En una rotación, es importante sacar nutrientes pero también aportarlos y los nutrientes se aportan de dos maneras: como fertilizantes y como residuo de cosecha.” El ingeniero prefiere hablar de “negativo” o “positivo” en lugar de “malo” o “bueno” para calificar los efectos del monocultivo, desligando la responsabilidad directa que la soja ha cosechado en este particular proceso. “La soja tiene mucha extracción y poco aporte. El maíz tiene mucha extracción pero tiene mucho aporte, el sorgo tiene mucho aporte y el trigo también. Por lo tanto, si lo vemos desde esa perspectiva, la soja es la que menos contribuye y el monocultivo de este producto es negativo, porque el balance en cuanto a los nutrientes es negativo. Mientras que si se tiene una proporción frente a la soja, se obtiene más maíz, más sorgo, más trigo, y así, el balance es positivo, y se obtiene un esquema sostenible. Cuando se concentra en un solo cultivo, en este caso la soja, el resultado de nutrientes no es favorable y se manifiesta el deterioro”. Para Coscia, que en Córdoba de cada seis hectáreas cinco sean de soja es una cuestión de costos y de falta de acción política por parte de la Nación, más que a una intencionalidad rentable de los productores. 


Otro de los causantes mayores de la degradación del suelo es el desmonte. Daniel Acosta particulariza esta problemática en zonas con pendientes y asegura que esta práctica es un problema aún más grave cuando viene acompañado por las lluvias, puesto que el agua cae directamente y sigue su camino sin posibilidad de ser retenida, ya que no hay vegetación que actúe como barrera geológica para detenerla y poder sustentar el proceso biológico de una planta. Para disminuir este riesgo, Acosta recomienda la siembra “en forma de terraza”, una manera de conservar el suelo mediante la intercepción del agua que se escurre sobre la tierra, provocando su infiltración, evaporación o desviándola hacía un lugar determinado. “Así se evita la erosión”, concluye.
Ya en zonas más planas, la falta de vegetación permite, tras una fuerte lluvia, la generación de cárcavas, es decir, especies de cráteres que pueden alcanzar un gran tamaño y que inutilizan el terreno por completo. En cuanto a la deforestación, Joaquín Luis Navarro, coordinador del Programa de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Nacional de Córdoba es más categórico y determinante: “Es el problema más grave que está sufriendo la provincia en este momento”.
Pero no todo mal provocado en el suelo proviene del hombre. La naturaleza misma agrega un grado de responsabilidad a esta problemática a través de diferentes fenómenos climáticos (que el ser humano se encarga de profundizar). Por un lado, los procesos de erosión en sus facetas hídrica y eólica, son causantes principales de la degradación terrenal. Este fenómeno trae aparejado consecuencias importantes en ambos casos. En lo que concierne a la erosión hídrica, se producen problemas inevitables como los anegamientos en zonas por la acumulación de agua, que implica, a su vez, la salinización del terreno o sodicidad de los suelos, fruto de un mal drenaje del agua o la acumulación misma. Estos dos fenómenos interfieren en el crecimiento de la mayoría de las plantas cultivadas y hasta alteran su productividad. El sodio dificulta la utilización de suelo. En tanto, si hablamos del proceso eólico, la principal consecuencia que genera es la remoción de partículas y minerales esenciales de los suelos y sus capas, recurso generado en un proceso milenario.
Dentro de los causantes naturales que producen daños a los suelos también se encuentran las malarias de sequía. Fernández Coscia reconoce la crisis hídrica que atraviesa la provincia, aunque al mismo tiempo asume que históricamente Córdoba fue pobre en agua. “Estamos en un período bastante seco, venimos de cuatro años de sequía, por lo tanto se hace más evidente la falta de agua. Somos una provincia con crisis crónica de agua. Eso se acentúa en los momentos de baja precipitación con crecimiento urbano en ascenso y poca responsabilidad social en el uso y consumo”. En lo que respecta al fuego, la acción que produce es un corte en el ciclo biológico del medio ambiente, impidiendo la regeneración de nutrientes en el suelo y ahogando toda posibilidad de reproducción biológica con el humo y el viento.


Técnicas de recuperación

La problemática de la degradación del suelo está inmersa en una constante elaboración de técnicas y recursos ideados por el hombre para la recuperación y conservación de los nutrientes fundamentales del mismo. Procesos artificiales como la cobertura del suelo durante épocas de lluvia hacen que la erosión eólica no tenga la posibilidad de volar los sustentos vitales de la tierra; así también, existen técnicas de ingeniería para contrarrestar las consecuencias de anegamiento de los suelos, buscando drenar el agua acumulada o escurriendo el líquido para evitar la erosión hídrica. “Este problema, comenta Fernández Coscia, también puede ser tratado mediante un determinado manejo y secuencia de cultivos.”
La rotación de los cultivos es otra técnica esencial para la preservación de los nutrientes, cómo lo es también la reforestación de los suelos. Es en esta dirección que la bióloga Cecilia Estrabou cataloga la técnica como esencial e insiste en que se debe hacer con la plantación nativa ya que “es un principio necesario para reponer el suelo, que capte agua, para mejorar el clima de la provincia, generar fertilidad en los suelos y también para devolver el paisaje autóctono que es un valor cultural que nunca debimos perder.” El éxito de estas técnicas de preservación y recuperación del suelo debe depender de un factor determinante en esta realidad: un Estado capaz de generar políticas sustentables, controlar y castigar la degradación y estimular la conservación para lograr, de esta manera, una conciencia social sobre el uso de nuestro medio ambiente.


Dibujando al Soberano



“El primer paso de la ignorancia es presumir de saber.” A esta sentencia del escritor español Baltasar Gracián le sumo que las políticas ambientales llevadas a cabo por el mundo político provincial tienen su fundamento en la ignorancia. Pero antes de las reacciones institucionales, paro las balas contraargumentativas buscando apoyo a esta afirmación. No soy yo quien lo atribuye sino personas idóneas en la materia que actúan en organizaciones y grupos en defensa del medio ambiente. “No hay políticas claras porque los funcionarios son siempre políticos y no pertenecen al ámbito técnico”, Gerardo Ramón Ocampo, Ingeniero Agrónomo, ilustra un poco el dibujo de la incapacidad gubernamental en estas cuestiones. Ahora bien, el despropósito de meter mano en el terreno sin conocer sus consecuencias no queda soslayado en esta sola declaración; es Fernando Barri, biólogo e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y docente en el Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables (Cernar), quién le hecha un chorro más de tinta al dibujo con un categórico “obran desde una ignorancia absoluta”, esto a causa del plan sacado a la luz el año pasado desde el Ministerio de Agricultura, que consistía en reforestar el suelo de Córdoba con 17 millones de plantines en 5 años. Cifra exacta que recomienda Naciones Unidas pero para todo el mundo.
Barri se hace cargo del garabato y lo finaliza coloreando su desvelo por la incompetencia política en los dos costados de su esencia: “En lo que concierne al ambiente en este país, los de derecha y los de izquierda en sus plataformas de campaña, es como si afirmaran que su propuesta para salud es cerrar los hospitales, para educación, cerrar las escuelas y en materia de producción, vienen y anuncian su propuesta de reventar todos los recursos.” Todo lo que se ignora, se desprecia.

                                                                                         
                                                                                                Horacio Verwhisky

1 comentario:

  1. concuerdo con que no se pueden crear politicas efectivas sobre lo que no se conoce, pero no se les pasa por alto por ingenuidad, no dejan de ser actitudes hegemónicas con razones en favor de intereses corporativistas y anti bienestar popular,
    si quisieran crear politicas que den respuesta a la problematica hay muchisima gente interesada en "asesorarlos" en su ignorancia..
    saludos terrunos

    ResponderEliminar

Entradas populares