domingo, 27 de noviembre de 2011

La tinta del Diablo...

27 de noviembre. Tinta III.



- ¿Qué piensas de este sitio? - Le pregunté contento al recién llegado.
- Que es un poco más frío que arriba. – Me respondió el irrespetuoso.
Lo dejé parado en las puertas de mi casa, di media vuelta y entré.
Augurio del llanto
Desencadeno mi desprecio hacia el temple de quien no me teme
Como quisiera pertenecer al otro lado para poder llorar alguna vez



Traducción a pedido del autor: Horacio Verwhisky.

martes, 22 de noviembre de 2011

Resurrección de Django...

dos dos del uno uno día de la música.


Por Eduardo Galeano 

Nació en una caravana de gitanos. Pasó sus primeros años en los caminos de Bélgica, acompañado con el banjo los bailes de un oso y una cabra.

Tenía dieciocho años cuando su carreta se incendió. Quedó más muerto que vivo. Perdió una pierna. Perdió una mano. Adiós al camino, adiós a la música, dijeron los médicos. Pero recuperó la pierna, cuando se la iban a amputar, y de la mano perdida consiguió salvar dos dedos.

Con eso lo alcanzó para convertirse en uno de los mejores guitarristas de toda la historia del jazz.

Había un pacto secreto entre Django Reinhardt y su guitarra.

Para que él la tocara, ella le daba los dedos que le faltaban.






                                                                      Espejos, una historia casi universal.
Eduardogaleano.org

domingo, 20 de noviembre de 2011

una de las peores Córdoba de todas... la de hoy...


"Por aplicación del Código de Faltas, en la ciudad de Córdoba una persona es arrestada cada diez minutos mientras que las detenciones aumentaron un 80 por ciento en los últimos tres años. Los principales motivos de estos arrestos son merodeo, consumo de alcohol en la vía pública y no portación del Documento Nacional de Identidad. 

Desde distintos sectores sociales se cuestiona el empleo de este cuerpo legal como herramienta para combatir el delito y, por el contrario, denuncian que limita derechos y libertades básicos de los ciudadanos."





Universidad Nacional de Córdoba.

sábado, 19 de noviembre de 2011

A Brian Weiss...

The first rays of the rising sun 
Are leaving me alone

I don´t know what im waiting for 
To run to the light 

The first rays of the rising sun 
Are coming to you 

I don´t know what im waiting for 
To be by your side

Don´t understand 
The people laughing of the time 
Don´t understand 
The love of others even mine 
Don´t understand 
The fucking guilty in my mind
Don´t understand 
The fucking history of mankind 

Y volví de donde todo es más que hoy
Y encontraré, los tiempos que dejó aquel sol
Supe nacer, se que vi lo que olvidé
Supe morir, supe ser miles de mí
Y aunque esté aquí, se que tú también lo estás
Y aunque esté allí, se que tú también lo harás
Pude ser feliz, pude llorar, pude reír
Puedo derramar, la sangre de vidas atrás

The first rays of the rising sun 
Are leaving me alone

I don´t know what im waiting for
To run to the light 

The first rays of the rising sun 
Are coming to you 

I don´t know what im waiting for 
To be by your side...



                                                                           M.C.

domingo, 13 de noviembre de 2011

La ejecución.

En su peregrinación, el maestro y algunos de sus discípulos bajaron de la montaña al llano y se encaminaron hacia las murallas de la gran ciudad. Ante la puerta se había congregado una gran muchedumbre. Cuando se hallaron más cerca vieron un cadalso levantado y los verdugos ocupados en llevar a rastras hacia el tajo a un individuo ya muy debilitado por el calabozo y los tormentos. La plebe se agolpaba alrededor del espectáculo. Hacían mofa del reo y le escupían, movían bulla y esperaban con impaciencia la decapitación.
-¿Quién será y qué delitos habrá perpetrado -se preguntaban unos a otros los discípulos- para que la multitud desee su muerte con tanto afán? Aquí no se ve a nadie que manifieste compasión ni que llore.
-Supongo que será un hereje -dijo el maestro con tristeza.
Siguieron acercándose, y cuando se vieron confundidos con el gentío los discípulos preguntaron a izquierda y derecha quién era y qué crímenes había cometido el que en aquellos momentos se arrodillaba frente al tajo.
-Es un hereje -decía la gente muy indignada-. ¡Hola! ¡Ahora inclina su cabeza condenada! ¡Acabemos de una vez! En verdad ese perro quiso enseñarnos que la ciudad del Paraíso tiene sólo dos puertas, ¡cuando a todos nosotros nos consta perfectamente que las puertas son doce!
Asombrados, los discípulos se reunieron alrededor del maestro y le preguntaron:
-¿Cómo lo adivinaste, maestro?
Él sonrió y, mientras echaba de nuevo a andar, dijo en voz baja:
-No ha sido difícil. Si fuese un asesino, o un bandolero o cualquier otra especie de criminal, habríamos visto entre las gentes del pueblo pena y compasión. Muchos llorarían y algunos hasta pondrían el grito en el cielo proclamando su inocencia. Al que tiene una creencia diferente, en cambio, se le puede sacrificar y echar su cadáver a los perros sin que el pueblo se inmute.



Herman Hesse.

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