domingo, 17 de abril de 2011

EL HOMBRE DEL MAR (JACOBO FIJMAN)


El hombre de los ojos
atormentados,
que ha mirado mil auroras del mar
desde las grandes proas,
tiene el secreto
de las neblinas, las compactas y húmedas neblinas;
tiene el secreto de las claridades,
de las muy anchas, de las ilimitadas claridades
que estallan como granizadas
sobre los barcos clavados y desclavados
en los planos soleados de los días.
¡Los barcos que alzan sus ojos en la noche
cual surcos conmovidos, ardientes y sedientos
de las semillas
de los cielos lejanos!
El hombre de los ojos
atormentados,
sabe todos estos secretos;
y al estrechar mi mano con la cordialidad
de las almas supremas,
me ha entregado el don de los horizontes;
me ha iniciado en las expansiones;
me ha libertado de los cuatro puntos cardinales,
y del bien y del mal;
de mi ciencia de biblioteca,
de mis pequeños sueños de orangután civilizado.
¡Él, el hombre salvaje,
me derramó su olor marino
sobre mi olfato torpe que vive en las alcobas!
¡Él, el hombre salvaje me ha traído la música
de las islas bienaventuradas,
en su silencio abismal
y en sus palabras pintorescas,
alegres, puras,
de una elevada, de una cósmica simpatía!
Él, el hombre salvaje,
que ha reído con las olas del mar;
que ha llorado con las olas del mar;
que ha sufrido el asombro y el espanto
frente a las tempestades
que hacen y deshacen los mundos
y destrozan ciudades y amplían las hogueras
con sus gritos tan rojos;
él, el hombre salvaje
me ha dejado oír los órganos profundos
de su alma golpeada por las visiones de la inmensidad;
y éste mi corazón se ha agitado en el sueño
del universo;
porque el alma y el corazón del hombre salvaje
traen el múltiple canto del mar y de los astros
y los abismos altos y los abismos bajos;
las expansiones y las desolaciones
prendidas a la rueda del universo.
Él, el hombre de los ojos
atormentados,
que ha mirado mil auroras del mar,
me ha desclavado de las calles grises
de mis hábitos viles de hombre civilizado
que nada tienen que hacer en mi destino
en mis pies, en mis manos
ni en mis ojos hambrientos
de una proa, de un astro y de una aurora.
¡Ahora yo también soy un hombre salvaje!



Menos mal que nos queda tu reminiscencia Jacobo
arriba, en la misma ondulaciòn del abrigo
en el cràneo del humor rarificado

a los que hemos andado por todo grupo
con el ojo inflamado hormigueando a la izquierda
gozadores de expectativas
por toda trampa

cambiando la vida mas a lo Rimbaud 
que a lo abanico de sombras de barbas
honestos en fiebres
tomando partido SIEMPRE

arriesgando el mal 
sonido del timbre SIEMPRE 
capullos de sinrazon que no temen al caos

se corren los velos que atravesaban
el parquet hinchado
lo supimos SIEMPRE
precarios por añadidura

balad caretas balad!
la tragedia y la farsa 
camas de trèboles con capa

rico kilo de trepanados
Cordoba Besanzon 
tierra concentrada, 
milites poliprovinciales
iglesiapederasta 
limpia y profiláctica en sus abusos
¿no andan en colectivos estupefactos? 

edificante serìa un viaje a la Rusia de los soviets
donde se localizarìa tu viscosidad 
de intelectual semi-pensante

 lo mismo de SIEMPRE
tamicen los fantasmas
solo el loco sigue verdaderamente tranquilo
el eterno retorno de clase
la usurpaciòn del cuerpo social
la ensalada transversal de mocos

se volviò todo complejo dicen las avestruces!
 se sirve otra chanfaina a la mesa

correremos salvajemente a buscar la fuerza del Mar
menos mal que nos queda tu reminiscencia Jacobo

  arriba, en la misma ondulacion del abrigo
en el cráneo del humor rarificado
ella teje y teje un valle de color rojo...
.
SIETE PASOS AL PARADALSO

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