Abrazo,
en plena luz de la noche.
Con una
voz con ojos, me miró y habló y me pidió armonía.
Y en el
augurio de mi ascenso, entoné el mejor de mis graves para acompañar su romance
sorpresivo. Pero sólo por un momento…
Rechazo,
en plena luz del día.
Con una
voz lejana apareció para frenar un entusiasmo confuso.
Pero en
el augurio de mi posible caída, entoné el mayor de los agudos y resquebrajé mi
garganta para romper la masa fría y convertirla en brisa y caricia arropadora. Pero
sólo por un momento…
En
tanto sostenga la nota, alguien abrirá las manos y desarmará el reloj de su
intolerancia.
Volver
sonriente a mi cara y pedirme otra canción.
El
cielo es mudo… y en su silencio, entiendo que rumbo tomar… pero sólo por un momento.
H. Verwhisky.