lunes, 21 de febrero de 2011

6º dE FEBrero; En la LUZ: Poder, Misterio y SOMBRAs.

En un movimiento tan audaz como veloz, cual "Pájaro" Caniggia en la copa América del ´91, Siete Pasos al Paradalso se metió de prepo en el baúl oscuro de nuestro amigo Rodrigo "monje negro" Cura y entre fotos añejas, escritos esotéricos, cartas de mujeres despechadas, botellas vacías y libros antiguos de filosofía, dimos con el manuscrito "EN LA LUZ: PODER, MISTERIO Y SOMBRAS", libro de su autoría, próximo a salir, sobre LED ZEPPELIN
Escondiendo el hallazgo debajo del sombrero, nos retiramos de su morada y sin consultar con la moral, publicamos aquí un capítulo de semejante obra.

Gracias Monje por hacerte el gil y disimular la caída de la llave de tu baúl frente a nosotros cuando fuiste a servirte otro trago de jerez!!...



Surgimiento (1968/1969)



Con Yardbirds disueltos, el guitarrista Jimmy Page se recluye en Pangbourne, su refugio fluvial de la ribera del Thames. Mientras, estudiaba las posibilidades que se le presentaban: como dueño de los derechos del nombre Yardbirds, Page podía seguir indefinidamente bajo el nombre; y por otro lado, ya se había programado para septiembre una gira de nueve fechas por escandinavia.
Sin embargo, y ya desde antes de la separación del grupo, tanto Page como Grant habían empezado a delinear ideas para otro proyecto, un proyecto mucho más ambicioso: el de una banda adecuada para la recién llegada era del underground y las influyentes emisoras de FM norteamericanas. Las radios ya estaban emitiendo constantemente discos completos de grupos nuevos y era allá donde podían encontrar la fama, el prestigio y el dinero. Page no sólo quería cumplir con los compromisos, había estado desarrollando varias ideas para crear una música nueva y original. Una música de poderío instrumental y vocal, eléctrica y pesada pero combinada con partes suaves y secciones acústicas. Fuerza y delicadeza, dinámica, luces y sombras. Page consideraba que debía existir un punto de equilibrio entre esos dos mundos. La herencia del blues debía transformarse en efectistas y catárticos ‘tour de force’ cargados de pura emoción, con extensas improvisaciones y la voz líder vibrando en simpatía con la guitarra. Para lograr los climas de contraste, Jimmy pensaba combinar ello con el folk británico, del estilo de Pentangle (del escocés Bert Jansch, su mayor influencia en guitarra acústica), y con el espíritu experimental y psicodélico de la costa oeste norteamericana: largos y voladísimos pasajes instrumentales, búsqueda de sonidos/texturas exóticos... Muchas de las ideas habían sido experimentadas con éxito por bandas como Cream, Jimi Hendrix Experience, Traffic, y el grupo de su amigo, Jeff Beck Group. Pero consiguiendo los músicos necesarios, pensaba Jimmy, podía expandir la fórmula y llevarla a nuevos terrenos. Así se lo hizo saber a su gigantesco y férreo manager, Peter Grant, quien tenía mucha confianza en Page y enseguida puso manos a la obra. 
Page y Grant también eran conscientes de que tocar “música pesada” era hacer dinero fuerte en Norteamérica. Esa música era adorada en Estados Unidos. El grupo que más vendía era Iron Butterfly: su álbum In-A-Gadda-Da-Vida, basado en el blues, les aseguraba largas temporadas en las listas de éxitos. Otra banda destacada del momento que también basaba su música en el blues, pero combinándola con pasajes menos recargados, eran Vanilla Fudge. El suceso que el grupo de Jeff Beck estaba cosechando en sus conciertos del Fillmore East ese 1968 les dió luz verde a Page y Grant para llevar adelante su proyecto. Por su lado, G (quien estaba casado y con un hijo y una niña en camino), aspiraba a algo más ambicioso que el mero hecho de hacer dinero, y no quería tener que volver a trabajar con los rentables pero volátiles proyectos del mercenario productor Mickie Most.

Un día del verano londinense de 1968, en pleno agosto, los cuatro músicos se reunían por primera vez para ensayar; el lugar: el pequeño sótano de una disquería de la calle Gerrard Street, donde hoy es el Chinatown (Barrio Chino) de la ciudad. Bonzo estaba en las nubes, no podía creer estar en la banda de una estrella tan sofisticada como Jimmy Page. Robert se imaginaba que John Paul Jones, descrito por Page como “un veterano de los estudios” sería “un señor mayor con sobretodo y pipa”. Así rememoraba el bajista como fue el primer ensayo de Led Zeppelin: “La primera vez nos encontramos en esa pequeña habitación para ver si podíamos soportarnos mutuamente (…) Estaba lleno de equipos Marshall que cubrían la pared, todos viejos y malísimos, y un hueco para la puerta. Así que Jimmy dijo: “Bueno, acá estamos: ¿Qué vamos a tocar?”, y yo dije: “No se, ¿vos que sabés?, y Jimmy dijo: “¿Sabés un tema que se llama The Train Kept A Rollin’?”, yo dije “No”, y él dijo: “Es fácil, simplemente sol y la”. Contó cuatro y la habitación explotó (…) Empezamos a sonreírnos como idiotas: “Yeah man, eso es. ¡Esto sí que va a funcionar!...”

Ya desde esos primeros momentos tocando juntos sintieron la química y la potencia brotando como un torrente de energía incontenible. “Fue totalmente obvio desde el primer tema que la cosa iba a funcionar”, continúa Jones, “y llegó a funcionar infinitamente mejor de lo que nadie pudiera haber imaginado”. Después de años de tránsito por los intrincados caminos de la música era la primera vez donde cada uno de ellos se codeaba con verdaderos pares musicales. “Nunca había estado tan excitado en mi vida…”, diría Plant rememorando aquel primer encuentro. “Aunque todos veníamos del blues y del rythm & blues, en esa primera hora y media de ensayo encontramos nuestra propia identidad. Descubrimos algo con lo que teníamos que ser muy cuidadosos o de lo contrario podíamos perderlo”. Los cuatro miembros de Zeppelin siempre usaron el mismo término para describir aquel encuentro: magia.

Todo fue más relajado una vez aterrizados en el calor subtropical de Los Angeles. Plant rondaba por Sunset Strip sin remera asombrado que los lugareños lo encontraran normal. En el célebre nightclub Whisky A-Go-Go los Zeppelin hicieron temblar West Hollywood las tres noches (2, 4 y 5 de enero), con John Paul cumpliendo 23 años el viernes 3. Alice Cooper formaba parte del cartel, y Page declaró: “Si pensás en un show como el de Alice Cooper, nuestro cantante Robert Plant hace el show y eso ya es suficiente. Nosotros no necesitamos fantasías. Nuestra música es más que suficiente.”
 Por el Whisky y alrededores revoloteaban unas doncellas de aire despreocupado, pestañas con rímel, vestidos coloridos y bustos llamativos. Se hacían llamar G.T.O. (Girls Toghether Outrageously), una corte de groupies con banda de rock propia, apadrinadas por Frank Zappa. Jimmy Page tocó con fiebre y a causa de ello Zeppelin tuvieron que quitar el segundo set (algunas fechas tocaban dos sets por noche)... Miss Pamela, la rubia belleza de las G.T.O., observó horrorizada como aquel encantador guitarrista, completamente acabado, tuvo que ser bajado del escenario y llevado en andas una vez finalizado el show; lo había dado todo y un plomo se volvió para recuperar sus zapatos.

El 9 de enero Jimmy cumple 25 años, y a pesar de la gripe que arrastraba desde Seattle (tuvo que pasar año nuevo en cama) la banda tocó durante cuatro noches seguidas en el Fillmore West de San Francisco, por entonces el templo del rock y de la cultura psicodélica. La artística de sus anuncios y los espectáculos visuales que se ofrecían en el lugar, como el Kaleidoscope Bubble, eran famosos en el mundillo. En los afiches fueron anunciados del 9 al 12 de enero, entre Taj Mahal y Country Joe & The Fish. Según Jones, ambos grupos estuvieron brillantes, pero Zeppelin dejó con la boca abierta a una audiencia que los desconocía. “Me impactó lo relajada que estaba la gente en el Fillmore West. Cuando empezamos a tocar, de repente había un montón de energía saliendo del escenario. Era una energía rápida y furiosa. Entre el público veía todas bocas abiertas. No creo que se hayan dado cuenta que fue lo que los impactó primero. Entonces la gente empezó a bailar... fue divertido: gente bailando a Led Zeppelin…” Aquellos conciertos de San Francisco pasarían a la historia. “La única razón que se me ocurre por la que nos volvimos tan grandes en Estados Unidos es que estábamos conscientes de la dinámica en un momento donde todo el mundo estaba metido con ese estilo colgado de la Costa Oeste”, le dijo Page a la revista Creem en 1974. “Hubo otros conciertos… Pero donde realmente supimos que habíamos impactado fue en San Francisco, después de eso… ¡bang!”.

Los primeros shows de Led Zeppelin empezaban con la banda haciendo explotar The Train Kept A Rollin’, y enlazado con el I Can´t Quit You Babe. Hacia la mitad incluían un detonante ‘medley’ de temas ajenos empezando con una adaptación muy pesada de As Long As I Have You, un número de soul que Janis Joplin hacía y que se enlazaba imprevistamente con Fresh Garbage de Spirit y el Shake de Sam Cooke. En la introducción de How Many More Times Plant presentaba al grupo; cuando le llegaba su turno sólo decía “y yo soy el cantante”, y entonces alguien del público en San Francisco le gritó: “¿pero quien sos? ”   

La excelente respuesta que recibían del público alcanzó niveles de locura absoluta cuando tocaron en el Boston Tea Party el domingo 26, una antigua sinagoga reconvertida en sala de conciertos. Boston era una ciudad de estudiantes, y Peter Grant lo consideraba un concierto clave. Fue allí donde público y banda experimentaron un anticipo de lo que vendría después; en la noche final de una seguidilla de cuatro shows (el último fue añadido en el momento), lo que normalmente debería haber sido un set de hora y media se transformó en cuatro horas de verdadera orgía rockera. Jimmy parecía inmerso en un éxtasis etéreo: sus solos incendiaban la Telecaster a escasos metros de la gente mientras levantaba una pierna como si fuese a saltar sobre ellos; le daba codazos a Jones para que se fijara en las filas de chicos que movían sus cabezas al unísono, y Bonzo estaba tan entusiasmado que usó doble bombo. Cuando el repertorio terminó (incluso repitiendo números) los más de 400 espectadores aún pedían más. No querían dejarlos ir; entonces los Zeppelin empezaron a recurrir a todo lo que se sabían: canciones de Elvis, Chuck Berry, Beatles, Stones, Who, Everly Brothers… todas en versiones inyectadas con esteroides. “Fue el concierto más largo que jamás hayamos hecho”, recordaría Jones. “Tocamos cuatro horas y media (…) Hicimos cuatro noches allí, y todo alcanzó el climax en la última, que ya para entonces era toda una fiesta porque conocías a la gente. ¡Era la misma gente cada noche! Recuerdo que todos sabían que iba a salir realmente bien. Hicimos dos sets, y también actuamos por todos los otros, creo. Si alguno de nosotros sabía más de cuatro compases de una melodía, nos lanzábamos de cabeza en ella… fue la mejor noche. Fue allí donde nos dimos cuenta que lo habíamos logrado, y al final Peter Grant nos abrazó a los cuatro juntos y nos levantó por el aire. Estaba absolutamente extasiado y gritaba de alegría. Fue algo brillante”.

La parte final de la gira continuaba con dos fechas en el Fillmore East de New York, el viernes 31 de enero y el sábado 1 de febrero. Led Zeppelin debían abrir por segunda vez para los Iron Butterfly (lo habían hecho en la Gonzaga University de Spokane el 30 de diciembre). Originalmente, estaba programado que Zeppelin saldría primero seguidos por los británicos The Move, que tenían un single número uno en el Reino, Blackberry Way, pero tras la repentina salida del bajista el grupo suspendió la gira, y para reemplazarlos el promotor Bill Graham había conseguido al grupo de gospel Porter´s Popular Preachers. Grant convenció a Graham para que su grupo actuase inmediatamente antes que Iron Butterfly. Era una idea sagaz: quería que las dos bandas se vieran cara-a-cara. Pero no todos estaban de acuerdo con esa movida, especialmente los propios miembros de Butterfly; el tecladista Doug Ingle y el guitarrista Erik Braun amagaron con no subirse al escenario si Zeppelin tocaba antes. Las historias del colosal show de Boston habían llegado hasta sus oídos y no querían que Zeppelin los pasaran por encima; algunos ejecutivos de Atlantic tampoco estaban de acuerdo con Grant, pero, como ya empezaba a ser costumbre, Zeppelin terminaron haciéndolo a su manera, y, literalmente, demolieron el Fillmore las dos noches. En el segundo show insertaron desvergonzadamente Dazed and Confused dentro de How Many More Times; Bonham terminó uno de los shows saltando desde su batería a lo Keith Moon. Después de una actuación de más de 90 minutos y varios bises los aterrados Butterfly se negaron a salir. Bill Graham tuvo que presionarlos, pero cuando decidieron salir la gente les reclamó a gritos: “¡Zeppelin!... ¡Zeppelin!... ¡Zeppelin!”. En medio del solo de batería de Ron Bushy en In-A-Gadda-Da-Vida, el himno del grupo, Bonham irrumpió en el escenario provocando las risas del público (no así la de músicos y ejecutivos). Atlantic había programado una fiesta de presentación para Ball, el flamante segundo álbum del grupo, pero Led Zeppelin, literalmente, se la aguó.

De vuelta en el Fillmore West, fue tan agresiva la base Jones-Bonham que los monitores de Jones se quemaron en medio de uno de los shows del 24 de abril. Lejos de intimidarse, los otros tres enseguida se arrojaron a improvisar. Plant introdujo con maestría una versión libre del You Can´t Judge a Book By The Cover de Bo Diddley, y llegó a cambiar las letras por “I think we have some trouble with the monitors” (“creo que tenemos algún problema con los monitores”) lo que provocó la risa de la audiencia. Antes de que el bajista recuperase su monitor tuvo lugar un increíble duelo instrumental tipo ‘llamada-respuesta’ entre la guitarra de Page y los noqueantes tambores de Bonham que más tarde incorporarían al arreglo en vivo de Bring it on Home... En la primera gira estadounidense unos Zeppelin desconocidos habían actuado de teloneros y cobrado prácticamente nada, ahora, a sólo dos meses de ello hacían una nueva visita al país, pero como cabezas de cartel y por tarifas cuatro veces superiores... .. .. .. .. 





Por Rodrigo Cura. 





3 comentarios:

  1. se zarparon con el blog che. felicitaciones y sigan con esa polenta, muy bueno el fragmento del libro de Zeppelin, lo quiero leer todo! Publiquen cuando lo editen y donde se lo puede comprar. Un saludo. Jorge Campos.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Jorge!!... Mérito para es para Rodrigo que tuvo la buena onda de pasarnos el texto... Cuando se publique te vamos a avisar... Siete Abrazos al paradalso!!!

    ResponderEliminar

Entradas populares