lunes, 24 de enero de 2011

7º PAso: MUNdo RAY munDO. 2ª entreGA dE glEYZer. MÉxiCO, lA revoLUCIÓN conGELADa.


Raymundo. Hombre, militante, periodista, CINEASTA: Sus películas daban voz a los campesinos del noroeste de Brasil y su terrible miseria con "La tierra quema" (1964), mostraban el peligro de una revolución sin ideología con “México, La Revolución Congelada"(1971), y como la burocracia sindical podía traicionar al trabajador y ponerse al servicio de los intereses empresariales -"Los Traidores", 1973-. Filmaba y exhibía sus películas clandestinamente. En cada toma, se jugaba la vida.
Raymundo. Cineasta, periodista, militante, HOMBRE: Nace en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1941. Ojos claros como sus ideas. A los 20 años deja la Facultad de Ciencias Económicas y comienza Cine en La Plata, tras pasar por la Escuela Superior de cine de la Universidad Nacional de La Plata, comienza con sus primeros trabajos. Tiempo después abandona la carrera, entiende que para hacer cine no es necesario ser parte de una casa de altos estudios, y menos aun si ese cine desafía a un sistema intentando dar respuesta a la problemática político-social de Latinoamérica. Su lucha lo pone en la mira del estado terrorista argentino, permanece desaparecido desde el 27 de mayo de 1976.
Raymundo.  Militante, cineasta, hombre, PERIODISTA: A partir de 1965 se abre un nuevo período marcado por su trabajo en noticieros (Canal 7 y Telenoche). En su búsqueda personal, este tipo de trabajos terminará con una película propia: "México, La Revolución congelada" del año 1970.
Raymundo. Periodista, hombre, cineasta, MILITANTE: A nivel personal se incrementa su formación como marxista y su alejamiento definitivo del Partido Comunista. Gleyzer comienza entonces con su militancia en el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores). Mientras se nutre de teoría marxista, comienza a proyectarse en la interminable discusión entre forma y contenido, el resultado: Que lo más importante de todo es “Llevar el cine a la gente”.
Raymundo Gleyzer. ARTISTA REVOLUCIONARIO: En lo político y en lo estético. Convicción revolucionaria y coherencia ideológica. El enemigo descubierto de forma clara y definida, la necesidad de un cine popular que sea "la voz de los sin voz". Y mucha –pero mucha- pasión por el cine (en el veía un instrumento para generar la reflexión y el debate político para llegar al cambio de la triste realidad latinoamericana).
Raymundo conjugaba todos estos aspectos en un solo hombre, su incansable obra reflexionaba sobre los terribles flagelos con los que viven los habitantes de América Latina. Pero además de ello, Raymundo fue - y es - uno de los directores “independientes” más importantes. Insisto, en sus películas dejó su vida...”Nosotros no hacemos films para morir, sino para vivir, para vivir mejor. Y si se nos va la vida en ello, vendrán otros que continuarán.” (1974).
Por aquellos años, con las dictaduras establecidas en América Latina, para frenar el posible “avance socialista”, y asegurar la instauración del -actual- modelo “neoliberal” de saqueo, la situación política cada día era más asfixiante. El enemigo estaba descubierto: el imperialismo y sus “estructuras nacionales” en el continente; y el camino determinado a seguir era la revolución. Su cine debía indagar la problemática social latinoamericana, un cine documental, de denuncia, crítico y reflexivo. La decisión pesaba, pero Raymundo intuía que el camino elegido era el correcto. No iba echarse atrás, ni  la censura, ni la clandestinidad ni la triple A, podrían vencer su verdad.
Darle voz a los sin voz, y lograr la revolución para superar el sub-desarrollo, el sub hombre.
Raymundo encontró la solución a la ecuación: Llevar el cine a la gente. A la masa, al pueblo, al obrero, al trabajador. Y en ella no había lugar para el “exceso teórico”, ni para los debates seudo filosóficos. Había que ser claro, había que llegar al hombre, había que jugarse y mantenerse firme. El cine era su verdad, y su estética. Y esa verdad era tan clara que no necesitaba de esos insoportables debates políticos e intelectuales acerca del cine, el arte, la estética, la forma, y el contenido. El secreto estaba en la praxis; las conceptualizaciones teóricas debían ser consecuencia de ello, nunca su pre-concepto. El tiempo apremiaba, y la persecución aun mas.
Raymundo se mezclaba con sus protagonistas y vivía lo que filmaba. Para darles voz primero debía entenderlos, y para entenderlos debía descubrir sus realidades. El arte estaba en el campo, en la acción, en la praxis. El lenguaje cinematográfico, y los alcances teóricos del cine quedaban opacados ante la brutalidad de la realidad. Los tiempos urgen, hay que actuar. Una de las cualidades máximas del arte, están en su poder de síntesis, y porque no en la claridad. En un mensaje claro - que llegue a la gente - no había riesgo de arruinar la belleza o el aspecto formal de la obra. Todo lo contrario. La idea era clara, rescatar al sub-hombre alienado de su rutinaria realidad. El relato y la narración, debían ser directos y claros. Y así Raymundo se largaba a rodar en México, la historia de su “revolución”...

MÉXICO, ACTITUD INDEPENDIENTE
Las historias trascienden al hombre. En ellas se extienden y se descubren, se inmortalizan. Raymundo contó historias para eso (todo artista lo hace). Pero, ¿Qué hay, no de las historias de Raymundo, sino sobre Raymundo? Ellas descubren a un apasionado del cine, a un director independiente que tenia necesidad de contar, cueste lo que cueste. Ejemplo de esa actitud es esta pequeña anécdota sobre  “México, la revolución congelada”.
Juana Sapire, sonidista y compañera de Raymundo, cuenta que junto a Humberto Ríos y a su mujer Pila, viajaron a México para narrar sobre lo que entendían como la primer y más importante revolución del continente. “Un día, hacía un calor insoportable y estábamos grabando en una zona donde no había árboles, nada, y el sol te pegaba en el cerebro todo el día. El Negro Ríos estaba medio mareado, ya se había desmayado una vez, no sé. La cuestión es que apoyó la cámara en el trípode y no sé porqué la cámara se zafó y se vino de punta al piso, se clavó en el suelo, y Ríos casi se muere, le agarró un ataque. Era la única cámara que teníamos. Empezó a gritar `¡Disculpame, Ray!, ¡me vuelvo a Buenos Aires!´. Raymundo lo calmaba y le decía que no. `Encima que cagaste la cámara te querés volver, no es tu culpa, fue un accidente…´  Paramos la filmación y nos fuimos cada uno para la pensión, que era parecida a un conventillo. El Negro estaba muy dolorido, con una culpa terrible. Yo me encerré en mi cuarto, supongo que a llorar. Raymundo se fue al patio, puso la cámara en una mesa y la desarmó completamente. El problema estaba en la lente de la cámara, por ahí entraba luz y no se podía filmar nada. Raymundo desarmó la cámara y en un papel hizo un mapita, ahí dibujó cada pieza que sacaba para acordarse dónde iban. Nosotros nos fuimos porque no queríamos ni mirar... Después agarró un martillo y le empezó a pegar a la cámara para que se enderece. Todo esto ¡a martillazos limpios! Cada martillazo que nosotros escuchábamos nos daba en el corazón. No le decíamos nada porque era su cámara. Después la armó toda de nuevo y seguimos filmando. No podíamos ir a una casa de fotografía ni nada por el estilo porque en ese pueblo no había nada. Seguimos filmando como mitad de la película sin saber si se arregló o no, es decir, hasta que le mandamos el material filmado a nuestro productor, Bill Susman. Recién nos tranquilizamos cuando él nos mandó a decir que estaba todo ok. Raymundo había arreglado la cámara, ¡qué grande! ¿Quién se anima a hacer algo así? Agarrar su cámara y darle con el martillo en el medio de ese páramo. Él sí, arregló la cámara, la única cámara que teníamos, porque no teníamos tres cámaras, ni diez monitores. Se ve que salió bien ¿no? porque recibimos varios premios internacionales. Ése era Raymundo. Sin subsidios del INCAA, sin tres cámaras, sin monitor, con el alma, la vida y las ganas de hacer cosas... Raymundo hizo toda su obra con amor y ayuda de mucha gente que veía lo sincero que había en él“.
Una de estas personas era el productor estadounidense Bill Susman, que trabajaba en la industria del cine, y decidió ayudar y comprometerse con Raymundo. Consiguió el dinero necesario para producir “México, la revolución congelada” y los llevo a su casa donde comenzaron a trabajar en la investigación y el texto de la película.
A pesar de la diferencia de edad, (Raymundo podría ser su hijo), Bill se convirtió en una persona muy cercana a Gleyzer. Había peleado en la guerra civil española como voluntario contra las fuerzas fascistas, y había nacido el mismo día que Raymundo. Bill asegura que nunca logró una relación tan profunda como la que lo unió con Ray, una relación fundada en la honestidad. Al igual que muchas otras personas que lo conocieron, la humanidad de Raymundo lo marco profundamente, lo que da una idea de cómo era.

MÉXICO: La revolución congelada
Sinopsis:

El film recorre el país Azteca durante 1970, acompañando principalmente la campaña presidencial de Luis Echeverría. De este modo desnuda el carácter paternalista y demagógico del el Partido Revolucionario Institucional - PRI -. A través de entrevistas a los campesinos quienes denuncian la traición a los principios de la revolución mexicana de 1911 y su pésima situación actual, se instala la tesis del film: Una revolución sin ideología esta destinada al fracaso, devorada por los intereses de la burguesía y la burocratización de la historia. El caso de la revolución mexicana es un ejemplo de cómo si las masas no tienen como objetivo la transformación de la sociedad, fracasan al tomar el poder, y que la burguesía que, obviamente si tiene una “ideología”, termina eclipsando y tomando dicha bandera. (En argentina, si bien no fue una “revolución verdadera”, esto se vivió hace unos años, cuando en el 2001 se logro el “que se vayan todos”, y hoy, los que se fueron son los que nos siguen gobernando).

En fin, Raymundo y su equipo (Juana, Humberto, Pila y Paul) se adentran en tierra mexicana y comienzan a filmar de forma casi clandestina, burlando el control de las guardias blancas[1] (grupos paramilitares al servicio de terratenientes que secuestran y matan), y a leyes mexicanas que prohibían toda filmación sin previa autorización.

En el periplo conocen a una mujer dueña de muchas haciendas, Raymundo convence a dicha acaudalada explotadora que es un estudiante de arquitectura y que está interesado en investigar la arquitectura colonial que hay en sus propiedades. Así, Raymundo logra entrevistar a un grupo de campesinos explotados que trabajan en una de las plantaciones del lugar, al tiempo que logra filmar la opulencia de la señora en cuestión y le roba declaraciones que reflejan la opresión… poco a poco la señora empieza a dudar de Raymundo, y por supuesto, los hecha del lugar.

Pero la historia debía seguir, como sea, y el ingenio de Raymundo seguiría ayudando. Los Políticos de PRI, a través de 70 años de gobierno, habían transformado a México en su “tesoro”, traicionando al pueblo y su revolución. Raymundo se contacta con Luís Echevarria, que era ministro del interior y estaba en campaña presidencial. Echevarria queda impresionado con Raymundo al pensar que era un periodista que trabajaba para medios argentinos, y creyendo que eso le daría una favorable propaganda, lo lleva a su campaña. Así, Raymundo no solo logra entrevistarlo, sino que usa su helicóptero para filmar y va descubriendo algunos de los métodos de campaña usados por el PRI, como por ejemplo, al llegar a algún poblado reparten lápices y cuadernos para los campesinos y así movilizarlos. Sin embargo, los campesinos son analfabetos, al igual que su gobierno de nada sirve la ayuda del PRI para ellos…

En octubre de 1968, la olla podrida en México se destapa, el movimiento estudiantil revela las lacras del sistema, estudiantes y obreros dan lugar a importantes marchas populares, lo que inquieta cada vez más al gobierno. Se da lugar así la masacre de Tlatelolco. 300 tanques y 6000 soldados rodean la plaza de Tlatelolco y disparan durante 4 horas contra estudiantes, mujeres y niños matando a 400 personas. El gobierno de la revolución congelada es el responsable. La teoría de Raymundo, desgraciadamente, no podía clarificarse de mejor manera: Una revolución sin ideología que la sustente esta destinada la fracaso… Los principios de la revolución mexicana de 1911 eran nuevamente traicionados de la forma más brutal. Gleyzer cierra el documental con este hecho reflejado por medio de fotografías, ya que solo ese material pudo reunir, dado que todo el material fílmico fue confiscado por el gobierno y por la CIA (¿Qué que hacia la CIA en este hecho?, el diablo –entiéndase EEUU- siempre metió la cola en América Latina, ¿Por qué sorprenderse?). Por este film, Raymundo seria declarado persona no grata en México, a través de Echeverría.

A pesar de los premios internacionales, la película fue censurada en nuestro país (y tristemente olvidada de la historia “oficial” del cine argento) por un pedido de la embajada Mexicana. Raymundo se acercó a dicha embajada con intención de lograr una respuesta al pedido de censura que habían hecho, la respuesta fu escalofriante: “Porque todo lo que dice el documental es totalmente verídico”.
Otro hecho “ilógico” fue que tiempo después el gobierno que censuraba el film, llamaba a Raymundo para que retirara el Leopardo de Oro que gano en Locarno.

Mexico, la revolución congelada, gano importantes premios internacionales ("Leopardo de Oro" en Locarno, Suiza;  "Ducado de Mannheim" en Mannheim, Alemania; Mejor Documental Festival de Adelaide, Australia, etc) y acogió importantes críticas en los festivales de Cannes (Francia), Festival de Berlin, en proyecciones en Chile, y muchos países mas.


Raymundo: cineasta, periodista, militante, hombre.
Raymundo Gleyzer. ARTISTA REVOLUCIONARIO

                                                                                    Martín Gruttadauria. 
                                                                                    Cineasta.



[1] Guardias Blancas: expresión que surge en la ex URSS, luego de la revolución de 1917 cuando se comienzan a repartir las tierras entre los campesinos, surgen grupos armados que luchan a favor de los terratenientes. Se denominaban guardias blancas para contrastarlos con las guardias rojas que eran los grupos revolucionarios que impulsaban la reforma agraria. Luego el termino, en los 60´ se traslada a México cuando grupos paramilitares se “institucionalizan” por un decreto del gobierno que autorizaba a los terratenientes a contratar policías particulares (que exterminaban campesinos). Actualmente el termino es utilizado en Brasil (donde grupos paramilitares matan a los campesinos del movimiento “Sin Tierra”) y también en Argentina, donde gracias al boom de la soja y la codicia desmedida de terratenientes y productores locales, hacen que en el norte del país cada vez sean mas los casos de campesinos muertos o expulsados a punta de arma por patotas paramilitares de sus campos para plantar dicho cultivo.

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