martes, 22 de noviembre de 2011

Resurrección de Django...

dos dos del uno uno día de la música.


Por Eduardo Galeano 

Nació en una caravana de gitanos. Pasó sus primeros años en los caminos de Bélgica, acompañado con el banjo los bailes de un oso y una cabra.

Tenía dieciocho años cuando su carreta se incendió. Quedó más muerto que vivo. Perdió una pierna. Perdió una mano. Adiós al camino, adiós a la música, dijeron los médicos. Pero recuperó la pierna, cuando se la iban a amputar, y de la mano perdida consiguió salvar dos dedos.

Con eso lo alcanzó para convertirse en uno de los mejores guitarristas de toda la historia del jazz.

Había un pacto secreto entre Django Reinhardt y su guitarra.

Para que él la tocara, ella le daba los dedos que le faltaban.






                                                                      Espejos, una historia casi universal.
Eduardogaleano.org

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