...que me hace preguntar si alguna vez, cuando ya no esté,
la voz me acompañará.
Me
siento donde sea y me sigue la canción de un muerto. Triste como la sensación
de una ausencia, profunda como la lágrima de un niño solo.
Mi mamá
me mira siempre, y en la espalda siento la palmada de mi viejo. Camino y me
sigue la canción de un muerto.
Entre
mis hermanos paso y todos me acompañan cuando yo también los acompaño. Porque
me dieron sonrisas, piernas y brazos, y me preguntan cómo estoy.
Y llego
al árbol donde me obligo a trepar, una vez más, y puedo ver la altura en la que
te elijo. Me gusta como miras, me gusta tu sonrisa. Pero me sigue
la canción de un muerto. ¿Quién será ese muerto? ¿Por qué lo sienten tanto? El
día que se me muera un amigo le voy a cantar, y le voy a regalar mi voz para
que se la lleve… ¿y si soy yo quien se vaya primero?... cántenme…
Horacio Verwhisky.
La voz que se escucha nunca muere..
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